7 tipos de maquillajes según el tipo y forma del rostro

Saber escoger el maquillaje ideal va mucho más allá de elegir tu color favorito de labial o sombra. Cada rostro tiene su propia geometría, proporciones y ángulos únicos. Al comprender la forma (redonda, cuadrada, corazón, etc.) y cierto tipo de características (rasgos suaves, marcados, facciones estrechas o amplias), podrás potenciar tus puntos fuertes y equilibrar aquellos que prefieres atenuar.

Este conocimiento es de gran importancia, tanto para quienes usan maquillaje a diario como para quienes buscan un look especial para un evento. Con las herramientas y productos adecuados, aislarás la mirada, afinarás el perfil, lograrás un pómulo definido e, incluso, corregirás asimetrías mínimas. 

Es por eso que en esta guía especializada hemos diseñado un recorrido sobre los principales tipos de rostros y, sobre todo, un top 7 de técnicas personalizadas de maquillaje para tipos de rostro que debes conocer. 

¡Prepárate para descubrir, también, 7 productos estrella que no pueden faltar en tu tocador!

Tipos de rostros y el tipo de maquillaje ideal

Antes de entrar en detalle, veamos de manera rápida los principales tipos de rostros y por qué cada uno encaja mejor con ciertas técnicas y sus objetivos directos:

1. Rostro redondo: busca alargar el contorno y definir ángulos para crear la ilusión de un óvalo más estilizado.

2. Rostro cuadrado: la clave es suavizar las líneas fuertes de la mandíbula y frente, aportando redondez en puntos estratégicos.

3. Rostro corazón (o triángulo invertido): el objetivo es equilibrar una frente ancha y una barbilla estrecha, centrando el interés en pómulos y ojos.

4. Rostro ovalado: considerado el “ideal” por su equilibrio, pero con este tipo de rostro se puede jugar con luces y sombras para realzar rasgos.

5. Rostro rectangular: alargar o acortar visualmente el óvalo, redondeando la frente y la mandíbula para armonizar proporciones.

6. Rostro tipo diamante: aportar anchura suave en frente y mandíbula, que son más estrechos, y centrar la atención en los pómulos.

7. Rostro triangular: frente estrecha y mandíbula prominente; se busca agrandar visualmente la frente y suavizar la línea de la mandíbula.

¡Con esta base, veamos paso a paso cómo potenciar cada forma con un maquillaje pensado para ti!

Top 7 tipos de maquillaje según rostro

¡Estos son algunos tips que te pueden ayudar a lograr tu mejor look y que no debes dejar pasar por inadvertido!

Rostro redondo

Si tus mejillas son la parte más ancha y deseas alargar el óvalo, un contorno líquido será tu mejor aliado. Aplica una línea suave desde la sien, bajando por debajo del pómulo y terminando en la línea de la mandíbula en forma de “3” invertido. Difumina con esponja o brocha en movimientos circulares para evitar bordes marcados y crear una sombra natural que te permita esculpir el rostro. 

Para un acabado impecable, añade un toque de iluminador en el centro de la frente y la punta de la nariz, llevando la atención a la vertical del rostro y reforzando la ilusión de mayor longitud. Termina con un spray fijador para mantener todo en su lugar y lucir un contorno definido durante horas.

Rostro cuadrado

Para suavizar las líneas fuertes de la frente y la mandíbula, confía en el bronzer Hello Beach. Con una brocha amplia, aplica el bronzer en forma de “C” desde la frente hasta la mitad de la mejilla y luego hacia la línea de la mandíbula, difuminando bien. El ligero matiz cálido difumina los ángulos y aporta un efecto bronceado natural. 

Si buscas más dimensión, aplica un pequeño triángulo de iluminador profesional en el arco de Cupido y justo encima de los pómulos. El resultado es un rostro más suave, con transiciones de luz y sombra perfectamente fundidas.

Rostro corazón (triángulo invertido)

Cuando tu frente es más ancha que tu barbilla, puedes equilibrar las proporciones con un rubor en barra. Desliza el producto en semicírculo sobre la parte alta de los pómulos y difumínalo hacia las sienes para desviar la atención de la frente. El color cremoso aporta frescura y calidez al centro del rostro, mientras que la zona de la barbilla se mantiene discreta y armoniosa. 

Completa el look con un poco de iluminador en el centro de la frente y en el mentón, generando puntos de luz que retraigan visualmente la barbilla y logren un equilibrio perfecto.

Rostro ovalado

Aunque a menudo se considera el más versátil, podrás potenciar tus rasgos con el iluminador profesional. Aplica con moderación en la parte alta de los pómulos, el arco de Cupido y el puente de la nariz para un glow sutil que destaca sin recargar. Esta técnica de strobing ligera da efecto de piel descansada y tersa. 

Si deseas un look más estructurado, añade un toque suave de contorno líquido bajo los pómulos. Pero recuerda: en un óvalo equilibrado, menos es más.

Rostro rectangular

Para acortar visualmente un rostro largo, emplea el corrector de ojeras de forma estratégica como iluminador. Aplica pequeñas cantidades en la frente cerca de la línea del cabello, debajo de la barbilla y en la zona T para romper la verticalidad. 

Difumina con movimientos suaves y, si quieres más calidez, añade un ligero toque de bronzer en la línea del cabello. Con estos puntos de luz y sombra, lograrás un rostro más simétrico y de proporciones balanceadas.

Rostro tipo diamante

Con pómulos prominentes y frente y mandíbula angostas, enfócate en la textura de la piel: incorpora el serum de retinol en tu rutina de cuidado nocturno para mejorar la uniformidad y luminosidad. Así, cuando utilices iluminador y rubor, estos se asentarán de forma pareja y sin parches. 

De día, aplica un rubor suave justo en el punto más alto del pómulo y difumínalo hacia atrás. Un spray fijador asegurará que esa piel luminosa y el color se mantengan intactos.

Rostro triangular

Para armonizar una mandíbula prominente respecto a la frente, sella tu contorno y difuminado con el fijador de maquillaje. Antes, aplica bronzer ligero en la zona central de la frente y un contorno muy suave en la línea de la mandíbula. 

El fijador en spray unifica todo el maquillaje, asienta los productos y ofrece un acabado duradero, evitando que el polvo se acumule en pliegues y deje líneas duras.

Tips extra para el cuidado de tu rostro

Más allá del maquillaje, la salud y el aspecto de tu piel comienzan con hábitos sencillos que puedes incorporar a tu rutina diaria. ¡Sigue estos prácticos consejos, así podrás lucir un rostro fresco, terso y protegido!

1. Evita el agua excesivamente caliente: aunque darse una ducha con agua caliente resulta relajante, en la piel del rostro puede eliminar sus aceites naturales y alterar la barrera protectora.

2. No duermas con maquillaje: dormir con la piel maquillada obstruye los poros y favorece la aparición de impurezas. 

3. Hazte una limpieza doble cuando sea necesario: si usas base de larga duración, protector solar o has estado expuesta a la contaminación urbana, realiza una limpieza doble: primero con un aceite o bálsamo limpiador para disolver el maquillaje y el sebo, y después con un gel o espuma suave que elimine las impurezas restantes sin resecar.

4. Exfoliación con moderación: eliminar células muertas una o dos veces por semana (dependiendo de tu tipo de piel) es fundamental para renovar el cutis y mejorar la penetración de tratamientos. 

5. Hidratación continua: un buen astringente o tónico sin alcohol y una crema hidratante adecuada a tu tipo de piel son esenciales tras la limpieza. 

6. Usa protector solar todos los días: el envejecimiento prematuro, manchas y pérdida de firmeza se agravan con la exposición solar.

7. Ten una alimentación equilibrada y toma agua: la nutrición influye directamente en la piel: consume frutas, verduras y grasas saludables (aguacate, frutos secos) que aporten antioxidantes.

8. Descanso y manejo del estrés: dormir 7–8 horas y practicar actividades relajantes (yoga, meditación) reduce los niveles de cortisol, hormona que en exceso puede desencadenar brotes y acelerar el envejecimiento cutáneo.

9. Cambia fundas y toallas con frecuencia: la tela acumula células muertas, sudor y bacterias que pueden transferirse al rostro mientras duermes o tras limpiarlo. Lava tus fundas de almohada y paños de limpieza al menos una vez por semana.

10. Evita tocarte la cara: manos sucias o apoyar el rostro sobre ellas estimula la transferencia de gérmenes y empeora la aparición de imperfecciones.

Cada producto, desde un corrector de ojeras que ilumina las zonas más sombreadas hasta un spray fijador que asegura la durabilidad del look, actúa como una herramienta precisa en manos de un buen artista. Al combinar contorno, iluminador, rubor y fijador de manera estratégica, no solo podrás potenciar tu belleza natural, sino que también dominarás el arte de camuflar pequeñas asimetrías o enfatizar rasgos que te encantan.

No olvides que la clave está en la preparación: una rutina de cuidado adecuada, como la aplicación nocturna de serum de retinol, mejora significativamente la textura de la piel y garantiza una base más uniforme para el maquillaje. Una vez lista, ajusta la intensidad de cada paso al contexto: un acabado suave y difuminado para el día, o una definición más marcada y luminosa para eventos especiales.

Experimentar con brochazos, difuminados y sprays de fijación seguros te permitirá descubrir combinaciones únicas que hablen de tu estilo personal. Con paciencia y práctica, hallarás el equilibrio perfecto entre técnica y creatividad. 

¡Atrévete a innovar y disfruta del proceso de revelar tu mejor versión cada vez que te maquilles!